Texto: Génesis 12:10 En ese entonces, hubo tanta hambre en aquella región que Abram se fue a vivir a Egipto.
Pensamiento del Dia: Cuando quitamos nuestra mirada de Dios, nos es fácil dejar entrar dudas a nuestra vida.
¿Alguna vez has tratado de escalar una montaña? Al principio, nuestra motivación puede ser poderosa: llegaremos a la sima! El problema sucede cuando el camino empieza a empinarse, cuando empiezas a cansarte, y cuando la meta se empieza ver demasiado lejos. Aunque anteriormente llegar a la cima parecía posible, ahora dudamos de nuestro caminar y a veces hasta nos desviamos o nos rendimos por temor a lo que faltaría por enfrentar.
Esto es lo que pasó con Abraham. Aunque al principio había empezado su caminar hasta Canaán con fe, aunque había dado gracias por la protección durante su jornada, cuando las cosas se empezaron a ver dificiles, Abraham dudo. ¿Qué sucedió?
Cuando quitamos nuestra mirada de Dios, es fácil enfocarnos más en nuestras circunstancias difíciles. Al mal enfocarnos, damos cabida al temor. ¿Y qué sucede cuando tenemos miedo? Muchas veces tomamos decisiones guiados por nuestras emociones en vez de nuestra fe y confianza en Dios. Estas decisiones pueden ser catastróficas porque, en nuestro entendimiento humano y limitado, quizás no entendamos las profundas consecuencias que pueden tener impactos duraderos en nuestra vida y en la vida de los que nos rodean.
Al dudar de la protección de Dios, Abraham decidió buscar refugio en Egipto. Para poder salvarse a sí mismo, estuvo dispuesto de sacrificar a su esposa, de mentir que era su hermana. Así, los egipcios no lo capturarian y lo matarían por la belleza de su esposa. Al hacer esto, Sarah fue llevada al faraón como prometida. Aunque no mataran a Abraham, sus acciones no solo afectaron a Sarah, pero trajeron una plaga a la casa de faraón. Al darse cuenta de la causa de su sufrimiento, faraón ordenó que Abraham y toda su familia fueran expulsados de Egipto.
De igual manera, cuando nosotros dejamos de confiar en Dios, arriesgamos el bienestar de los que nos rodean. Tomamos decisiones sin pensar y nos desviamos de la voluntad de Dios. Si Abraham hubiera confiado en Dios, Dios hubiera sido fiel. Ya lo había hecho antes y sin duda lo volvería a ser.
Así también tenemos que recordar que Dios sigue siendo fiel. Es fácil dejarnos desanimar, pero Dios nos anima a seguir confiando en Él porque lo contrario nos dejará fuera de su protección y de su voluntad para nuestras vidas. Cuando empieces a sentirte desanimado:. Reconoce, por tanto, que el Señor tu Dios es el Dios verdadero, el Dios fiel, que cumple su pacto generación tras generación, y muestra su fiel amor a quienes lo aman y obedecen sus mandamientos. Deuteronomio 7:9
Oremos: Por fe en lo porvenir y en las promesas de Dios en las vidas de los que nos rodean.
Mi Oración: Señor, gracias por tu fidelidad en cada área de mi vida. Recuerdame de todas las bendiciones que me has dado y de enfocarme en Ti y no solamente en mis circunstancias.
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