Texto: Juan 12:12-15 12 El siguiente día, grandes multitudes que habían ido a la fiesta, al oír que Jesús llegaba a Jerusalén, 13 tomaron ramas de palmera y salieron a recibirlo, y clamaban: —¡Hosana! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor, el Rey de Israel! 14 Halló Jesús un asnillo y montó sobre él, como está escrito: 15«No temas, hija de Sión; tu Rey viene, montado sobre un pollino de asna.» Pensamiento del Día: Jesús entró en Jerusalén humildemente por un profundo amor por nosotros. Cuando pensamos en alguien importante que hace su entrada a un evento, normalmente podemos imaginar algo grandioso: caballos, un carro elegante, fuegos artificiales o cualquier cosa que simbolice la grandeza de la persona. Aun en los tiempos bíblicos, los reyes a menudo iban a caballo a las ciudades en victorias y conquistas de guerra. Lo último que pensamos es que alguien importante entre a un lugar en la espalda de un asno. Sin embargo, a pesar de que Jesús fuese Mesías, y a pesar de su impor