Pensamiento del día: Los músculos deben desgarrarse para que en el proceso de sanarse, se vuelvan más fuertes.
Texto: Santiago 1: 2-4 Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas, pues ya saben que la prueba de su fe produce constancia. Y la constancia debe llevar a feliz término la obra, para que sean perfectos e íntegros, sin que les falte nada.
¿Alguna vez te has preguntado por qué te duele el cuerpo después de hacer ejercicio o de un largo día de trabajo? Cuando usas músculos que no han sido usados antes o cuando te esfuerzas de una manera nueva, causas desgarros microscópicos en las fibras musculares. La belleza del cuerpo humano es que cuando estas fibras musculares sanan, se adaptan y se vuelven más fuertes y mejor equipadas para soportar estreses similares.
¿No es interesante que cuando le pedimos a Dios que haga su voluntad en nuestras vidas, esta oración a menudo nos conduce a enfrentar situaciones incómodas o incluso dolorosas? Es posible que nos encontremos en medio de una crisis, perdiendo algo a qué nos aferramos, o en medio de una lucha espiritual. Podemos sentir que nos dirigimos en la dirección opuesta a nuestras oraciones, pero la verdad es que no podemos recibir lo que pedimos de Dios si El no nos saca de nuestras zonas de comodidad-- cualquiera que sea la manera que estas comodidades tomen forma en nuestras vidas.
Cuando le pedimos a Dios que cumpla su propósito en nuestras vidas, esta bendición también implica una gran carga de responsabilidad. Cuando le pedimos a Dios que nos ayude a crecer, efectivamente le estamos pidiendo que nos quebrante para que pueda reconstruirnos lo suficientemente fuertes para recibir lo que ha preparado para nosotros. En nuestras zonas de comodidad, es posible que no estemos preparados para soportar el peso del llamamiento que Él tiene reservado para nosotros. En nuestra zona de comodidad, nuestros músculos espirituales pueden atrofiarse. Si simplemente nos diera lo que le pedimos, podríamos encontrarnos sin la preparación espiritual, mental, o emocional que necesitamos para tal cargo.
Por eso, cuando le pedimos a Dios que haga crecer nuestro espíritu, que madure nuestra fe y que complete su voluntad en nosotros, el proceso a menudo será doloroso. Dios nos pedirá que estiremos y apliquemos los músculos espirituales que no quizá necesiten más uso, porque es solo en el quebrantamiento que Él puede prepararnos para lo que nos espera. Es en el proceso de restauración donde nos acercamos a Dios para todo lo que necesitamos para dar nuestro próximo paso adelante. Es en este proceso donde descubrimos la grandeza, la misericordia, el amor y el poder del Dios al que servimos en nuestras vidas. Es solo al salir de nuestra zona de comodidad, cuando podemos recibir lo que realmente pedimos: la plenitud y la integridad de la obra perfecta de Dios en nuestras vidas.
Oremos: Para que Dios continúe fortaleciendo nuestros corazones, espíritus y mentes para que podamos mantenernos firmes y preparados para lo que Él ha preparado para nosotros.
Mi Oración: Padre, en medio de los dolores de crecimiento, recuérdame que eres tú quien me guía a través de la restauración. Ayúdame a dejar ir y salir de mi zona de comodidad para que puedas hacerme crecer en la dirección que tienes reservada. Deja que mi corazón persevere y mire hacia Ti para que me fortalezca y renueve en Ti. En el nombre de Jesús, Amén.
Muy buen comentario!
ResponderBorrarLos dolores del crecimiento, los efectos de la madurez en Cristo.
Gracias Alexis